Dinámicas de trabajo en el mundo del freelance

Felipe Durán
31 Jan
22 Apr

Son las 11am de un lunes y me llega un mensaje por WhatsApp del director creativo de una agencia de Branding que quiere contarme sobre un nuevo proyecto para el que van a necesitar un productor musical experto en diseño sonoro. Quieren saber cuánto puede llegar a costar hacer el logo sonoro de una marca y cuál es mi disponibilidad. Por mi lado no me quiero anticipar a dar un precio porque me parece importante entender primero de qué se trata el proyecto antes de hacer una cotización o tomar cualquier decisión al respecto. Les digo entonces que cuadremos una videollamada para que me cuenten en detalle de que se trata. Se agenda una reunión esa misma semana y a partir de ese momento comienza una dinámica de trabajo que afecta (para bien o para mal) el éxito de la colaboración por venir.

Ese primer encuentro con la agencia es clave para empezar la colaboración con el pie derecho y meterse a fondo en el cuento del proyecto. Es el momento de hacer todas las preguntas que sean necesarias; tanto conceptuales sobre el proyecto en sí; como las que tienen que ver con logística: la manera en la que se va a llevar la comunicación; cuáles son las fechas importantes de entrega; o de qué manera se van a entregar las revisiones del trabajo.

Estas dinámicas hay que entenderlas en cada proyecto particular y es importante establecerlas desde el principio para procurar que los procesos sean fáciles y fluidos. Algunas agencias tienen una forma de colaborar muy específica de trabajar y exigen el uso de ciertas aplicaciones para llevar a cabo la colaboración: Google Calendar para compartir un cronograma de fechas claves; Slack para compartir material e información sobre el proyecto; o una carpeta de Dropbox para subir archivos pesados.

Otras agencias son menos rigurosas con la manera en que se lleva a cabo la comunicación y prefieren que se desenvuelva informalmente entre emails; llamadas al celular y mensajes de WhatsApp. De cualquier modo; es indispensable tener claridad sobre cómo van a ser las dinámicas de trabajo para poder colaborar exitosamente. De acuerdo a mi propia experiencia lo que más recomiendo es tener flexibilidad para adaptarse a distintos escenarios y poder colaborar con diferentes agencias. Sin embargo; vale la pena explorar y hacer uso de algunas aplicaciones que brindan herramientas para hacernos la vida fácil como freelancers; bien sea para nuestro propio beneficio; o para estar preparado en caso de que las agencias las exijan como requisito. Yo personalmente recomiendo Airtable para optimizar la visibilidad compartida de un equipo sobre un proyecto; HubSpot para llevar un CRM (Customer Relationship Management) y Mavity para encontrar trabajos; colaboradores creativos y calcular el presupuesto de un proyecto.

Solo después de tener toda la información necesaria para saber de qué se trata el proyecto se pueden tomar buenas decisiones al respecto. Imaginarse las dinámicas de trabajo; conocer las tareas específicas y el tiempo que toma completarlas; o calcular los gastos necesarios para llevar a cabo el proyecto; son datos que permiten hacer una cotización que tenga sentido para ambas partes de la negociación. En algunos casos las agencias son más formales y envían su contrato estándar; otras son más flexibles y les basta con que la información esté clara en los correos.

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De cualquier manera es igualmente recomendable no empezar a trabajar hasta que haya un acuerdo que plantee por escrito las obligaciones y derechos tanto del contratista como del contratante del proyecto.

Trabajar como freelancer se presta para que el trabajo sea informal y eso puede traer un montón de malentendidos y suposiciones que terminan arruinando la colaboración. Por eso recomiendo que en caso de que la agencia no mande un contrato hacerlo por cuenta propia. Es una oportunidad de mostrar profesionalismo y sugerir los términos bajo los cuales uno se siente cómodo para desarrollar el proyecto. Para evitar problemas las reglas de juego deben estar claras antes de empezar y todo debe quedar por escrito.

Una semana después de la reunión por videollamada aprueban la cotización y comienzo a trabajar. Anoto en mi calendario la fecha de entrega y planeo mi semana alrededor. Me mandan la pieza de video sobre la cual se va a hacer el diseño sonoro. En este caso se trata de una animación 3D que expone el logo visual de la marca. Saco las notas que tomé en la primera reunión para tener presente todos los elementos que se mencionaron: el significado de los colores de la estrategia visual; el tipo de campaña; el concepto y la historia detrás de la marca. Tengo algunos días para dedicarme cien por ciento a experimentar; componer y al final de esa semana mandar una primera versión.

Procuro disfrutar el proceso; recurrir a juegos que me ayuden a impulsar y dejar fluir la creatividad y buscar excusas para encontrar inspiración. En la animación que me mandan el logo de la marca gira sobre su propio eje. Para tener un punto de partida y componer el logo sonoro intento buscar sonidos que representen ese giro: la cadena de una bicicleta; el sonido de un ringlete que se mueve con el viento; el roce de un material sobre otro.

Este ejercicio consiste en experimentar para elegir lo que funciona y descartar lo que no. Voy avanzando poco a poco grabando y editando sonidos hasta que la composición toma forma y finalizar es cuestión de ajustar algunos detalles. Finalmente llega el día de mandar el archivo y la agencia de Branding deja a mi discreción la manera en que se entrega. Al tratarse de una pieza corta de audio el archivo es ligero y se puede adjuntar a un email sin problema. Mando el email con la propuesta del logo sonoro y quedo a la expectativa de una respuesta.

Pasan los días sin saber nada de la agencia hasta que me llaman un día para darme la buena noticia de que el cliente aprobó la entrega. Antes de cerrar el proyecto me piden una versión más corta del logo sonoro para tener la flexibilidad de usarlo en diferentes medios. A pesar de que esto no estaba en el contrato; acepto hacerla con la mejor voluntad para mantener la buena onda con la agencia y que el cliente quede feliz con mi trabajo. Es una manera de apostarle a hacer más colaboraciones a futuro. Les mando la nueva versión y me responden pidiéndome los documentos necesarios para que me puedan pagar ese mismo mes.

Este es un ejemplo de una colaboración exitosa; fácil y fluida en la que me sentí muy motivado a seguir mi carrera como freelancer. Ahora bien; esto no siempre es así. A veces aparecen clientes difíciles; hay desconexión con el proyecto; o sucede cualquier tipo de adversidad que puede volver tedioso un proceso creativo como este. En mi experiencia; la manera más efectiva de procurar que sean más los casos exitosos y menos los tediosos; es a través de una buena comunicación con el equipo de trabajo. Esto garantiza no solo un entendimiento sobre el proyecto que se refleja en el resultado final; sino además moverse en dinámicas de colaboración que hacen posible desarrollar una carrera profesional como trabajador independiente.

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